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El Cottolengo de Málaga, un refugio de paz para una familia sin posada

Una pareja con sus tres hijas pequeñas han sido los últimos residentes en llegar al
Cottolengo de Málaga.

Lady y sus hijas en el Cottolengo de Málaga

Lady Alejandra Campos y su compañero habían vendido lo poco que tenían en Cali
(Colombia), para emprender una vida mejor en Málaga junto a su hija pequeña. «Lo
habíamos planeado todo. Solo teníamos dinero para un billete de avión y en Málaga
vive una buena amiga de mi país con la que podría vivir los primeros meses. Ella me
cuidaría a mi hija mientras yo trabajaba de interna para ahorrar y así, poder pagar el
viaje de Christian, mi pareja, y mi otra hija». Pero un mes antes de viajar todo dio un
giro inesperado, «me enteré de que estaba embarazada y ya no había marcha atrás, el
pasaje estaba a mi nombre y al de la niña. Así que seguimos adelante y, al principio,
todo fue bien. Yo empecé a trabajar de interna en una casa nada más llegar, pero al mes
empezó a notarse el embarazo y me despidieron. No sabía qué hacer. Fue una época
horrible, solo lloraba y enfermaba. Fue entonces cuando mi amiga me llevó a Cáritas de
la parroquia del Corpus Christi y, desde ese momento, ellos han sido mis ángeles»,
añade.

Los voluntarios de Cáritas de esta parroquia «me ayudaron a que viniera mi marido y
también a encontrar trabajo. Él empezó en la construcción y yo limpiando en algunas
casas. Todo iba bien, compartíamos un piso con unos familiares recién llegados pero,
por una serie de circunstancias, tuvimos que abandonar la casa y nos vimos de buenas a
primeras en la calle con las tres niñas; la más pequeña, con dos meses. Así que un
amigo nos habló de una casa en Pedregalejo que llevaba años abandonada y, aunque
tenía parte del tejado derrumbado, todavía conservaba algunas habitaciones donde poder
pasar algún tiempo hasta encontrar una casa mejor».

Pero, al segundo día estar allí, un vecino avisó a la policía y se personó en la vivienda.
«Ellos llamaron a los bomberos, que dijeron que no había peligro inminente de
derrumbe. También hablaron con Puerta Única, que dijo que, no podían ayudarnos».

Casa de Pedregalejo en la que vivía la familia

La Cáritas del Corpus Christi, por su parte, recuerda Lady, «siempre estuvo pendiente de nosotros. Nos facilitaban alimentos, nos estaban ayudando a buscar piso e incluso nos ayudaron con el colegio de las niñas y la guardería. Durante el verano, pudimos estar allí viviendo, pero cuando empezó el invierno y las primeras lluvias, el tejado empezó a desmoronarse. En ese momento, vino a visitarnos un matrimonio de Cáritas y, vieron las condiciones de la casa». Ante las previsiones de lluvia diaria de estos días, este matrimonio, que prefiere no revelar su identidad, y otros feligreses de la parroquia, empezaron a llamar a todos sus conocidos para ver quién podía ayudarlos. Fue entonces cuando llamaron al director del Cottolengo de Málaga y le enviaron por wasap las fotografías de la casa. Patricio Fuentes, el director de la Casa del Sagrado Corazón, explica que «cuando me contaron la situación en la que vivían y vi las imágenes, pensé: ¿Cómo van a vivir estos días estas personas? Con las religiosas, buscamos sitio en la Casa donde no lo había, pero esta familia no podía pasar ni un día más así con las niñas tan pequeñas. Ahora estamos viendo cómo ayudarlos a regularizar su situación y a buscar una casa apropiada. Esta es la misión del Cottolengo de Málaga, ser un hospital de campaña que ayude a recuperar a las personas en momentos difíciles y devolverles su dignidad».

El Cottolengo de Málaga no recibe ninguna subvención y se mantiene gracias a la
Providencia. Cuenta ya con 157 suscriptores de una cuota mensual, la mayoría de 10 €, y ayudas puntuales de personas y empresas, pero necesita muchas más, para poder contar con un dinero fijo con el que, como cualquier otra familia, poder pagar la luz, el gas o el agua. Los interesados en colaborar pueden entrar en casadelsagradocorazon.es.

Sobre este último caso, Lisy María, una de las hermanas franciscanas clarisas del Cottolengo de Málaga, afirma: «estamos encantados de que estén aquí con nosotros y se están adaptando muy bien a la Casa».

Por su parte, Lady Alejandra asegura que vinieron «a Málaga buscando un futuro para
nuestras hijas». Además, añade que «aquí les parece normal que los niños puedan jugar
y estar tranquilos en la calle, pero en mi país mueren muchos niños por balas pérdidas y
enfrentamientos entre bandas. Yo nací en un pueblo cerca de Popayán, en Colombia,
una zona de guerrillas, y mis padres, para sacarme de allí, me enviaron a trabajar como
interna en una casa a otra ciudad a los 12 años, por eso no pude terminar los estudios. A
los niños que se quedan allí los cogen para sembrar o producir coca. Gracias a Dios, en
Málaga estamos a salvo de eso. Nunca olvidaré que llegamos a esta Casa el día de la
Inmaculada, a la que le estoy profundamente agradecida. Aquí estamos muy bien. Son
muy atentos y mis hijas están a salvo, con un techo que las protege. Mi marido está
trabajando en una obra y yo estoy deseando empezar a trabajar».

Lady y sus hijas en una sala de manualidades del Cottolengo de Málaga

El Cottolengo sigue moviendo el corazón de los malagueños

Alumnos del Grado de Animación Socio-deportiva durante sus prácticas en el Cottolengo de Málaga

Una carrera solidaria, adornos navideños para los balcones o las prácticas de unos alumnos; cualquier excusa es buena para ayudar a la Casa del Sagrado Corazón, el Cottolengo de Málaga, el hogar de los que no tienen nada ni a nadie.

Cuando Elena Blázquez, profesora del Instituto Fernando de los Ríos y voluntaria de la Casa del Sagrado Corazón, pensó que sus alumnos del Grado Superior de Animación Socio-deportiva, hicieran las prácticas en el Cottolengo, no esperaba el éxito que está teniendo, ya que tanto acogidos como alumnos, están deseando que lleguen los jueves. «Imparto una asignatura dedicada a la actividad física para las personas que están en exclusión social, por lo que este lugar se ajusta perfectamente a la materia, -explica Blázquez. Los acogidos se divierten y se mueven; y los alumnos, por su parte, también reciben muchísimo y están aprendiendo que el mundo de las personas mayores es más lento: la forma de hablar, de expresarse, etc. ».

Toda ayuda es buena, como explica el director del Cottolengo de Málaga, Patricio Fuentes ya que «no recibimos ninguna subvención pública. Por ello, para nosotros es tan importante cuando la gente se suscribe a una cuota mensual, aunque sea solo de 10 euros al mes, que supondría 120 euros al año. Pero así sabemos que contamos con un dinero fijo, con el que poder mantener esta Casa, ya que como cualquier familia tenemos que pagar la luz, el gas, el agua, etc.». 

Un hogar cuyas puertas siempre están abiertas cuando todas se cierran, como sabe bien Adama Katile, que llegó al Cottolengo de la mano del sacerdote Ángel Antonio, director del centro «Ntra. Sra. de la Merced» de Cáritas Diócesana de Málaga. Katile, cuenta la subdirectora, Susana Lozano, «necesitaba recuperarse de una dolencia muy grave en una pierna. Y, a pesar del proceso médico tan duro que lleva, llama la atención lo colaborador, cariñoso y alegre que es. Siempre tiene muy buen ánimo para tirar de su vida, mucha esperanza en que su pierna se cure y poder ponerse una prótesis. Siempre está dispuesto a ayudar a cualquiera».

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El Cottolengo: una puerta siempre abierta cuando todas se cierran

El viernes, 11 de junio, el Cottolengo de Málaga celebró su día: la festividad del Sagrado Corazón y una de las mejores noticias que podía celebrar este día es, como afirma el director de la Casa del Sagrado Corazón, Patricio Fuentes, «la vuelta poco a poco de los voluntarios, que no han podido entrar desde que empezó la pandemia».

«Cada vez que llega a la Casa un voluntario, previamente vacunado, es una fiesta de sonrisas, guiños y aplausos. Y es que, aunque no han perdido el contacto durante este tiempo, los voluntarios que llevan muchos años viniendo son una parte fundamental del Cottolengo de Málaga. Cocinan, cosen, planchan, acompañan al médico, a pasear y dan todo su cariño como lo harían unos padres con sus hijos».

El Cottolengo de Málaga, como explica Fuentes, es: «donde entran los últimos, los que no pueden ir a ningún otro sitio. Recientemente están llegando bastantes personas con dependencia y discapacidad porque las listas de espera son de años en los casos urgentes. Por lo que cuando no hay opciones y les han cerrado todas las puertas, las de la Casa del Sagrado Corazón siempre están abiertas».

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Lágrimas y favores presente en el Cottolengo

El comedor del Cottolengo de Málaga cuenta, desde el 9 de marzo, con nuevas mesas gracias a la Mayordomía de María Santísima de Lágrimas y Favores.

Como explica el mayordomo de la sección de Lágrimas y Favores, Manuel Galindo, «este año no tallaremos, ni repartiremos túnicas, pero estaremos entregados y presentes en la calle más que nunca. Para ello, vamos a llevar a cabo una acción de colaboración y donación a diversas entidades sin ánimo de lucro de nuestra ciudad. Partiendo de una donación de 3.500 euros,  trataremos de ayudar y cubrir necesidades puntuales de las diversas asociaciones con las que vamos a colaborar»

Entre estas entidades se encuentra la Casa del Sagrado Corazon, que gracias a la previa donación de sillas por un crucero y los tableros de la Fundación Lágrimas y Favores, dispone ahora de un comedor que «ha quedado fantástico», tal y como comenta la subdirectora del Cottolengo de Málaga, Susana Lozano.

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El Cottolengo vuelve a vivir un milagro

Una familia siria logra reunirse en la Casa del Sagrado Corazón tras más de dos años separados

Azeza, reunida al fin con su familia en el jardín del Cottolengo, donde reside desde hace dos años y donde ahora comenzarán de nuevo.

Hace apenas dos años, las páginas de este periódico publicaban que, gracias a la Asociación Apainf, habían llegado al Cottolengo de Málaga Azeza, una madre de origen sirio, junto a su hijo Philip, de 16 años, que padecía un cáncer del sistema linfático. El motivo para venir a España era que el chico pudiera ser tratado por el Servicio de Hematología del Hospital Regional de Málaga, porque tenían la esperanza de que ella pudiera ser la donante de médula que necesitaba. En aquel momento, Azeza, de 42 años, y administrativa en un hospital, tuvo que dejar a su marido y a sus dos hijos de 11 y 14 años, en Homs, Siria, la tercera ciudad más grande de este país devastado por la guerra y en el que los cristianos como ellos sufren persecución.

En esas mismas páginas, decía Azeza al hablar de sus hijos que rezaba cada día para que pudieran venir algún día porque «los necesito aquí, conmigo, para que me den fuerzas para seguir adelante». Y ese momento por fin llegó el pasado 28 de noviembre.

Ese día, aterrizaban en el aeropuerto de Málaga después de un largo periplo no exento de nervios. «Para mí ha sido un milagro, todos los días, nada más despertar doy las gracias primero a Dios y después a la Casa del Sagrado Corazón y a Apainf, por su ayuda».

El camino hasta Málaga no fue nada fácil, como recuerda la subdirectora de la Casa del Sagrado Corazón, Susana Lozano: «Si para mí fue duro, no puedo imaginar el calvario que ha pasado ella, hasta que ha visto en Málaga a toda su familia. Fueron días de mucha incertidumbre. El marido de Azeza, Bassan, ingeniero de profesión, abandonó su casa una mañana temprano junto a sus dos hijos para intentar llegar a nuestro país. El primer paso era acercarse a la frontera que está a cuatro horas de su hogar y una vez allí, preguntar si ya estaba su documentación. La embajada española hizo todo lo posible por mandar allí sus papeles, pero no dependía solo de ellos. Tuvieron que esperar varios días para poder salir del país, y con el miedo de que caducaran las pruebas PCR que se habían realizado».

De Siria fueron a Líbano, de allí a Estambul y finalmente a Málaga. Azeza explica que «fue un viaje muy largo y de muchas preocupaciones. Recuerdo, que me llamaron a las 12 de la noche las autoridades del aeropuerto del Líbano para pedirme documentos sobre la enfermedad de mi hijo y decirme que querían hablar con su médico. Me puse a temblar pensando que sería muy difícil encontrar a su médico del Materno Infantil a esas horas, pero finalmente todo se solucionó».

A la semana siguiente de llegar, los hermanos de Philip empezaron el colegio, al igual que él, pero como dice su madre sonriendo «se les está haciendo un poco duro porque no conocen el idioma y no entienden nada, pero por suerte mi hija es compatible para el trasplante en un cien por cien. Ahora solo falta que salga bien la operación de Philip. Nunca he perdido la confianza en Dios, aunque el camino no ha sido fácil. Solo tengo palabras de agradecimiento».

Y es que, como explica el director del Cottolengo de Málaga, Patricio Fuentes, «Azeza y su familia son solo un ejemplo de las 40 personas acogidas en el Cottolengo de Málaga, que solo tienen una cosa en común: ser los más necesitados. Ellos son los preferidos de la Iglesia, los que más necesitan sentir la ternura de Dios y, gracias a la labor de numerosos voluntarios y unos pocos trabajadores, consiguen el milagro de devolverles la sonrisa y de que sean capaces de soñar con un futuro mejor; con la vida que Dios soñó para ellos…».

Arranca la campaña del Cottolengo de Málaga

La Casa del Sagrado Corazón, conocida popularmente como el Cottolengo de Málaga, que lleva más de 50 años ayudando a los que no tienen nada, ha puesto en marcha una campaña para captar socios que puedan aportar 10 euros al mes para seguir acogiendo a los más necesitados.

Son más de 40 las personas que viven diariamente en el Cottolengo de Málaga, que como explica el director de esta Casa, Patricio Fuentes, «no recibimos ninguna subvención pública. La necesidad de una cuota aunque sea solo de 10 euros al mes, que supondría 120 euros al año, es para saber que contamos con un dinero fijo al mes, con el que poder mantener esta Casa, ya que como cualquier familia tenemos que pagar la luz, el gas, el agua, etc.».

Hay varias maneras de participar o inscribirse, llamando al teléfono 722 57 79 77 o 952 31 74 43 o entrando en la página web: casadelsagradocorazon.es,  descargando el cupón y haciéndolo llegar al Cottolengo de Málaga o solicitando dicho formulario en la propia Casa.

Los primeros carteles con esta campaña, que ha diseñado desinteresadamente el estudio creativo La Madre de los Beatles, ya pueden verse tras los conductores de los autobuses de la Empresa Malagueña de Transportes EMT y «próximamente estarán también en las marquesinas de las paradas de autobús ya que contamos con la colaboración del Ayuntamiento de Málaga».

Además, afirma el director de esta Casa, «decidimos poner una cuota de 10 euros al mes, que como bien dice nuestro cartel es menos de un café al día, para que cualquier persona pueda ser solidaria».

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Cottolengo: una gran familia

El 29 de diciembre es la fiesta de la Sagrada Familia, una festividad que suele representarse con la imagen de José, María y el Niño en su huida hacia Egipto, para poder así salvar la vida del Niño ante la amenaza de Herodes. Ese mismo motivo es el que ha movido a Asisa a venir a nuestro país, concretamente al Cottolengo de Málaga: salvar la vida de su hijo, porque aquí es donde pueden tratarle la enfermedad que padece.

Asisa, de 42 años, trabajaba de administrativa en un hospital, su marido es ingeniero y tienen 3 hijos. Hasta aquí parecen una familia normal; pero la cosa se complica cuando decimos que Asisa es cristiana y residía en Homs, la tercera ciudad más importante de Siria, un país devastado por la guerra y en el que los cristianos como ellos sufren persecución. Además, su hijo mayor padece un cáncer del sistema linfático.

Tanto ella como su hijo de 16 años residen en el Cottolengo de Málaga para que, como explica Asisa, «mi hijo Felipe pueda ser tratado por el Servicio de Hematología del Hospital Regional de Málaga, porque tenemos la esperanza de que yo pueda ser la donante de médula que mi hijo necesita».

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#Malagueñosconcorazon cumple un año

La campaña #Malagueñosconcorazon está de aniversario. Esta iniciativa del Cottolengo de Málaga para dar a conocer la labor que desempeñan desde hace más de 50 años.

Joaquín Núñez

El primero en sumarse fue el actor Antonio Banderas, al que siguieron numerosos rostros. El Cottolengo de Málaga ha invitado desde entonces a todos lo malagueños y a todos aquellos que le tengan cariño a esta Casa a unirse a esta iniciativa. Para ello, solo hay que hacerse una fotografía con un corazón de cartulina o papel rojo y colgarla en las redes sociales junto al hashtag #MalagueñosConCorazón.

Fueron numerosos los famosos que asistieron al Festival de Málaga Cine en Español y prestaron su apoyo a esta iniciativa. Entre ellos, Joaquín Nuñez, Marisa Paredes, Paz Vega, Javier Ojeda, Eduardo Noriega, Guillermo del Toro, José Sacristán, los Compadres y Santiago Segura. Además, el Diario Sur nos dedicó su portada, publicó un corazón con el que hacerse la fotografía y toda su plantilla no dudó en fotografiarse con el corazón y subirlo a las redes sociales. Y esto hizo que mucha gente más prestase su corazón en Twitter, Facebook e Instagram, y sus apoyos siguen llegando al Cottolengo a día de hoy.

Por ello, queremos dar las gracias a todos y animaos a que sigáis inundado la redes sociales con vuestros corazones bajo el hashtag #MalagueñosConCorazón. En nuestra web se ha añadido una galería fotográfica donde se puede visualizar todos aquellos apoyos que hemos recibido. Puedes echarle un vistazo pulsando aquí.

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La Providencia en forma de jardín en flor

La Providencia tiene muchas maneras de actuar incluso a través de cosas tan sencillas como las plantas y, eso en el Cottolengo de Málaga lo saben muy bien.

Con la llegada del verano a todos nos gusta disfrutar de un rato de fresco en el exterior a la caída del sol, y si para ello contamos con un jardín ese momento es inmejorable. Pero el jardín del Cottolengo necesitaba con urgencia una ayuda para su puesta en valor. Y es que, como explica Susana Lozano, subdirectora del Cottolengo de Málaga, «la primera impresión de un lugar, es muy importante, sobre todo para las personas que residen en esta Casa.

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Tres religiosas indias, un regalo de Reyes para el Cottolengo

Franciscanas clarisas procedentes de oriente se ponen al servicio de los más pobres de la Diócesis en la Casa del Sagrado Corazón

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El origen histórico del nombre Cottolengo que echó raíces en El Bulto

Las redes sociales se han llenado en las últimas semanas de corazones rojos dentro de la campaña #MalagueñosConCorazón, que invita a colaborar con el Cottolengo, una institución benéfica dependiente de la Diócesis de Málaga que lleva ya 53 años ayudando a las personas más desfavorecidas en su sede…

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El Cottolengo, la casa que cura el alma

En la cocina de la Casa del Sagrado Corazón, más conocida como el Cottolengo, las ollas y sartenes bullen sin descanso. Casi es la hora de la comida y el olor recibe a quienes entran por la puerta enrejada dando la bienvenida. En los fogones, Enriqueta Muñoz, una de las voluntarias, está terminando de freír el pescado…

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Malagueños con corazón: Una campaña en las redes sociales reclama apoyo para la labor del Cottolengo

Antonio Banderas, Javier Ojeda o el Obispo Jesús Catalá se suman a la llamada de la Casa del Sagrado Corazón, que lleva 50 años atendiendo  a los más desfavorecidos

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Cottolengo, cuando la acogida es inmediata

Ángel, Katia y la familia de Mohamed tienen una cosa en común, no tenían nada ni a nadie. Ellos son solo un ejemplo de las muchas personas que han pasado por la Casa del Sagrado Corazón. Y es que, como recuerda el director del Cottolengo, Patricio Fuentes, «esta Casa se define por la acogida inmediata y el sí rotundo ante situaciones de extrema urgencia. En estos casos no existe el ‘mándame el informe, ya veré si puedo…’. Para nosotros los más pobres de la sociedad son los primeros».

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Cottolengo, un hogar abierto a la esperanza

“No procede” o “no cumple el perfil” es la respuesta que reciben los trabajadores sociales de las administraciones públicas ante algunas peticiones por el simple hecho de los demandantes no estar empadronadas, tener una enfermedad mental no diagnosticada, etc.

Para todos ellos existe un lugar donde no cuentan los perfiles y hay un: “sí procede” para las personas. Se trata de la Casa Sagrado Corazón, conocida popularmente como Cottolengo.

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Cottolengo celebra la fiesta del Sagrado Corazón de Jesús

Con motivo de la fiesta del Sagrado Corazón de Jesús, Cottolengo (Casa del Sagrado Corazón) celebra hoy un día especial de convivencia y fiesta. Esta Casa se define por la acogida inmediata y el sí rotundo ante situaciones de extrema urgencia.

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La Casa del Sagrado Corazón en imágenes

El viernes, 3 de junio, día del Sagrado Corazón de Jesús, la Casa del Sagrado Corazón conocida popularmente como el Cottolengo de Málaga celebró su 50 aniversario. Con este motivo se inauguró una exposición de fotografías de esta casa en Calle Larios, a modo de gesto jubilar de atención de la Iglesia de Málaga a los descartados. Les ofrecemos algunas de las imágenes que se expusieron.

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No había sitio para ellos en la posada

Son muchas las personas que, como la Sagrada Familia de Nazaret, no encuentran sitio en la posada, pero para todas ellas hay un lugar en Málaga llamado Casa del Sagrado Corazón y al que todos conocen como Cottolengo.

«Todos los años celebramos que ha nacido el Salvador, un nacimiento que se hace presente cada día en esta casa a la que acuden y son bienvenidos todos aquellos que no tienen nada ni a nadie. Ellos son los elegidos del Señor y este es su hogar», como afirma Susana Lozano, la subdirectora del Cottolengo.

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Cottolengo: «el sí rotundo y la acogida inmediata»

Ángel, Katia y la familia de Mohamed tienen una cosa en común, no tenían nada ni a nadie. Ellos son solo un ejemplo de las muchas personas que han pasado por la Casa del Sagrado Corazón. Y es que, como recuerda el director del Cottolengo, Patricio Fuentes, «esta Casa se define por la acogida inmediata y el sí rotundo ante situaciones de extrema urgencia. En estos casos no existe el “mándame el informe, ya veré si puedo…”. Para nosotros los más pobres de la sociedad son los primeros».

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